Tras revelar varios informes que involucran a un miembro clave del gobierno de extrema derecha en casos de corrupción, el periodista estadounidense, Glenn Greenwald, se presentó ante una comisión legislativa brasileña para responder una serie de interrogantes en torno al trabajo que publicó.
La legisladora Katia Sastre, aliada al presidente Jair Bolsonaro, exclamó durante la sesión legislativa que el periodista debería ser “condenado y encarcelado” por sus revelaciones; mientras que un portal conservador informó que la Policía Federal dio órdenes para investigar las finanzas de Greenwald.
El periodista, ganador del premio Pulitzer y cofundador del portal The Intercept, publicó en junio pasado varios mensajes de texto que, supuestamente, involucran al juez, Sergio Moro, hoy ministro de Justicia, con asesoramientos indebidos a los fiscales en el juicio por corrupción del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El portal también acusa a Moro de prejuicios políticos junto a otros fiscales, en el marco de una investigación de actos de corrupción en los que habrían participado numerosos empresarios y políticos brasileros.
Greenwald y su marido de nacionalidad brasileña han recibido amenazas de muerte, además de comentarios homofóbicos en redes sociales.
En medios locales, Natalie Southwick, coordinadora del programa para América del Sur del Comité para Proteger Periodistas, mostró su preocupación por la libertad de expresión en el país. “Es un momento muy preocupante para la libertad de prensa en Brasil. Hay un gobierno que critica de palabra a los periodistas con una abierta retórica contra la prensa”, aseguró.
De hecho, esta no es la primera vez que los periodistas son blanco de críticas del gobierno de Bolsonaro, quien los acusa de publicar noticias falsas y de ser corruptos.
En una ocasión el Presidente, quien defiende abiertamente al juez Moro, aseguró que hay que tener un país “sin mentiras, sin noticias falsas y sin Folha de Sao Paulo”, refiriéndose a uno de los mayores medios impresos en Brasil.