El 10 de diciembre, decenas de colectivos de Derechos Humanos enviaron una carta a las autoridades federales mexicanas exigiendo que se redoblen esfuerzos para proteger la vida del periodista de diario La Jornada, Emir Olivares. El hombre fue asaltado en su domicilio y amenazado de muerte por dos desconocidos.
“Emir, al igual que los miles de periodistas en el país, realiza un trabajo excepcional, necesario y de gran relevancia no solo para la sociedad mexicana sino para las propias autoridades (…) Hoy pedimos que refuercen los esfuerzos por dar protección a Emir y su familia. La seguridad, paz, libertad y justicia debe estar por encima de cualquier interés económico o político”, dice el comunicado.
Este incidente ocurrió el 6 de diciembre alrededor del mediodía en su domicilio (por seguridad no se puede revelar la ubicación). Según versiones de Olivares, quien cubre temas de Derechos Humanos y recientemente publicó un amplio reportaje sobre narcomenudeo, encontró a dos hombres revisando algunas de sus pertenencias en su dormitorio. Cuando los confrontó, huyeron.
Minutos más tarde, recibió una llamada en que un sujeto lo identificó con su nombre y dijo que lo habían contratado para asesinarlo. Le advirtió al periodista, quien está adscrito al Programa de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos, que saben dónde trabaja y qué asuntos públicos cubre. Incluso amenazaron a su familia.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó el allanamiento del domicilio del comunicador y ofreció ayuda inmediata para su protección.
En el último tuit de Olivares, con fecha de 6 de diciembre, advierte que no atenderá llamadas por seguridad. “Amigos, familia, colegas. Muchas gracias por el apoyo y solidaridad. De entrada estoy bien. Por el momento no puedo contestar llamadas”, manifestó.