El expresidente peruano Alan García se suicidó el pasado 17 de abril, en Lima, Perú. Se disparó a las 06:30 del miércoles, cuando llegaron agentes a su vivienda para detenerlo por el caso Odebrecht. Tras lo ocurrido, políticos iniciaron una campaña de desprestigio en contra de la prensa que investigó el escándalo de corrupción en que se vio involucrado el exmandatario e, incluso, la responsabilizó de la tragedia.
Horas después de confirmarse la muerte del líder del Partido Aprista Peruano (PAP), el político José Barba Caballero tuiteó que «Alan no se suicidó, en realidad fue asesinado por el odio de Gorriti y los rojos, por Vizcarra y su bastarda ambición por trepar en las encuestas, por la prensa en campaña infame de demonización. Ahora está a salvo de los chacales judiciales que querían exhibirlo en una jaula». No fue el único.
Héctor Becerril, congresista del Partido Fuerza Popular, publicó en Twitter que los grandes responsables de la muerte de Alan García Pérez son Gustavo Gorriti y sus fiscales obsecuentes. Así se inició una campaña digital de violencia y amenazas sostenida en un discurso estigmatizante que incluso posicionó la etiqueta #MuerteAGorriti.
Gustavo Gorriti es un periodista peruano que dirige un equipo de investigadores: IDL-Reporteros. Desde hace cuatro años, junto a otros medios, se involucró en la investigación, a escala regional, de Lava Jato, considerada la mayor operación contra la corrupción en la historia de Brasil y que salpicó a toda América Latina.
«Avanzado el caso Lava Juez, IDL-Reporteros siguió adelante con su investigación del caso Lava Jato, como lo venía haciendo por más de cuatro años. En esta etapa pusimos énfasis especial en los casos que se dieron durante la gestión del líder político hasta entonces menos investigado: el expresidente Alan García. El 15 de noviembre pasado, IDL-R reveló cómo Odebrecht había pagado en forma disimulada, con fondos de la caja 2, una conferencia que García dio en Sao Paulo en mayo de 2012. Luego, pese a negativas iniciales, se confirmó que el proceso de contrato y cobro de la conferencia ocurrió tal y como IDL-Reporteros lo describió», escribió Gorriti en el editorial ‘Después de la tragedia’. El artículo se publicó pasado 22 de abril, en respuesta a los ataques recibidos.
El miembro del Consorcio Internacional para Periodismo de Investigación (ICIJ por sus siglas) explicó a FUNDAMEDIOS que el desprestigio impulsado por un sector político de Perú está motivado por los reveladores reportajes de IDL-R. «El año pasado sacamos una serie de investigaciones, más de 30 publicaciones a fondo sobre la corrupción en el poder Judicial que llevaron a cambios fundamentales en la organización judicial peruana y uno de los comprometidos es Becerril. Lo que ellos desean, cuando estamos llegando al final del caso en Perú, es atacar con base en desinformación. El suicidio de García ha movilizado a un grupo de fanáticos y, cuando dijeron que era por las investigaciones que habíamos sacado, incluso afirmaron que nosotros habíamos apretado el gatillo que lo mató y se enardecieron las redes».
Adriana León, jefa del Área de Libertad de Prensa del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS Perú), indica a FUNDAMEDIOS que IDL-R, junto a otros medios como América Televisión, La República, El Comercio, Convoca, Ojo Público representan un grupo de periodismo fuerte que lucha contra la corrupción y destapa asuntos que los políticos quieren mantener ocultos. «A inicios de 2018 empieza una guerra muy fuerte contra la prensa desde el Congreso», comenta. De hecho, a mediados del año pasado, Carlos Castro, de América TV, descubrió que 108 funcionarios de la oficina de Comunicación del poder Legislativo eran los ‘trolls’ que atacaban, en ese entonces, a Gustavo Gorriti, Romina Mella, Augusto Álvarez Rodrich. «La andanada de insultos y difamaciones contra la prensa se hacía desde el Congreso, pagada por todos los peruanos».
Parte de la actual campaña contra los periodistas incluye el intercambio de información en redes sobre cómo y dónde ubicar a Gustavo Gorriti. También se convocó a manifestaciones en los exteriores de la redacción de IDL-Reporteros y, aunque no pasó, se desplegó a un equipo de Policía para resguardar las instalaciones. «Dijimos que nos íbamos a defender en forma clara y resuelta. Buscaremos identificar a quienes promueven y pagan esas campañas y haremos todos los esfuerzos para que no quede impune», señala el investigador.
Las amenazas continúan, por lo que el equipo de reporteros está en estado de alerta. No obstante, trabajan en sus investigaciones y, simultáneamente, se pusieron en marcha medidas de seguridad. «En IDL-R siempre ha tomado la actitud de que la seguridad de sus periodistas es tan importante como su trabajo», concluye Gorriti.
FUNDAMEDIOS condena los amedrentamientos, agresiones y hostigamientos con que se busca silenciar al periodismo de investigación peruano. Hacemos un llamado a frenar el acoso con que se pretende intimidar un trabajo serio que ha dejado en evidencia los entramados corruptos que afectan a todo un continente. Exijimos que se garantice la seguridad de los periodistas en Perú.